jueves, 18 de diciembre de 2008

GANADORES/AS CONCURSO LITERARIO NAVIDAD 2008






CERTAMEN LITERARIO
NAVIDAD 2008

I.E.S. MEDITERRÁNEO

Organiza
Dpto. de Lengua Castellana y Literatura

a)Alumnos/as de 1º y 2º de ESO.

EVA PORTILLO con la obra “Soledad”

b)Alumnos/as de 3º y 4º de ESO.

CRISTINA RODAO con la obra “El pajarito solitario”

c)Alumnos/as de 1º y 2º de Bachillerato.

IGNACIO NOGUEIRA con la obra “El retrato”

Los trabajos ganadores se publicarán en el blog http://creatividadiesmediterraneo.blogspot.com
MÁLAGA, 18 DE DICIEMBRE 2008

TEXTO GANADOR DE IGNACIO NOGUEIRA:
El retrato que le ofrezco refleja un rostro azotado por la desdicha y el desencanto, la impotencia de ese espíritu que lucha contra una sociedad impuesta y acaba navegando a través de las sucias aguas del conformismo. Yo, compositor de relatos, deambulé por lejanos parajes, perdidos de la mano de mi imaginación, esperando encontrar a esa musa que me despierte y dé ese toque de atención tan necesario a mi perezosa pluma. Y acabé encontrando a Calíope ante mis narices, dispuesta a mostrarme el cielo y a convertirse en la mujer de mi vida. Hoy, ese pastel amargo que es su existencia cuenta 78 velas. Su vida se extingue. A la mía ha dado sentido.

A veces al observarle, los trazos arrugados de su rostro me cuentan grandes historias. Cuentos de príncipes y princesas, de grandes veladas; pero también de dudas y errores, y de cómo el tiempo no guarda piedad a la hora de perdonar estos últimos. Dicen que todo es cuestión de suerte, y la ruleta no ofreció su mejor cara a mi chica, que sufre la condena de haber nacido en la época incorrecta, de haber confiado ciegamente en el travieso y caprichoso ángel Cupido, y de haber creído en las palabras, que tanto prometieron y en tan poco se han quedado. El dolor tornó grises esos ojos azules que antaño nada pudieron envidiar al cielo.

Despierta en el sofá. Aprieta con fuerza la manta y vuelve a acurrucarse. El invierno se divierte recorriendo su espinazo. Son las ocho de la mañana. Vuelve a salir el sol y, al parecer, aún no se ha congelado el infierno.

Le gusta pensar que no pertenece a todo esto, que un día todo cambiará y la felicidad pegará a su puerta dos veces, dispuesta a llevarse consigo la rutina, el tono rojizo de los números y todo lo demás. No es extraño que le encante soñar y sumergirse en sus propias fantasías. Desde que su memoria alcanza a divagar escribe unas notas cada mañana sobre lo que recuerda haber vivido en su subconsciente durante la noche. Ha olvidado el porqué de esta costumbre pero sigue haciéndolo. Alguna vez me dijo que le hacía sentir viva.




Esta mañana, tras levantarse, caminará hacia la cocina. Sin hacer ningún ruido, calentará el café que sobró de la merienda de ayer, tomará una manzana verde de la nevera y la comerá junto a la ventana, viendo pasar los coches y a sus conciudadanos, quizás riegue las plantas y cuando huela el dulce aroma a café recién recalentado, lo servirá en dos tazas y tomará una. La otra aguardará impaciente sobre la encimera toda la mañana. Se dirigirá a la habitación, se descalzará e intentando hacer menos ruido que el murmullo de la ciudad tras las persianas, retirará todo exceso que Baco haya olvidado durante la noche. Lo mismo hizo ayer. Lo mismo hará mañana.

Creo que en este nuestro, patético y fugaz, paso por el mundo, la muerte nos recibe en dos ocasiones. La primera, trágica, aunque predecible y mundana; no necesita de unas palabras de presentación. Pero la Parca siempre guarda un as en la manga. Corteja a ingenuos individuos para sumergirlos en una triste sala de baile, donde se sucederán una tras otra las mismas melodías durante la eternidad. Donde repetirán los mismos pasos hasta que haya llegado su hora. No, no hay muerte más penosa que la del alma. Valoro en gran medida, pues, que mi chica aún no se haya rendido antes las adversidades que propone la vida, y la rutina que trae consigo ésta. Luchadora. Siempre me gustó saber que lo era.